Es una de las dependencias más antiguas de la Prefectura.La Prefectura Patagones celebró ayer su bicentenario con actividades y actos, encabezados por la máxima autoridad de la Fuerza, el Prefecto Nacional Naval, prefecto general Oscar Adolfo Arce y que contaron una masiva participación de la comunidad local.
Con una misa de acción de gracias y un concierto de la orquesta sinfónica de la Prefectura en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, se iniciaron las celebraciones.
El acto central se realizó en la Avenida Ema Nozzi, frente a la Plaza de Armas de la Prefectura local, fue presidido por el Prefecto Nacional Naval y contó con la presencia de la intendente interina de Patagones, Carmen del Valle Amico, del intendente de Viedma, Jorge Ferreira, el Presidente del Supremo tribunal de Justicia de Río Negro Dr. Victor Sodero Nieva, junto a funcionarios y concejales de ambas ciudades. También asistieron el Prefecto de Zona Mar Argentino Norte, prefecto mayor Juan Angel Serra y el jefe de la Prefectura local, prefecto Raúl Rodríguez.
Durante la ceremonia, se produjo el tradicional desfile de cadetes de los Institutos de Formación de la Prefectura, del que además, participaron efectivos de la Escuela de Cadetes de la Policía de Río Negro, las escuelas apadrinadas por Prefectura, la Banda de Música de los Bomberos Voluntarios de Carmen de Patagones e integrantes de varias colectividades.
Además, se realizó una exhibición de vehículos, motos de agua y elementos vinculados a los 200 años de historia, que fueron visitados por la comunidad local.
La creación de la Prefectura Argentina reconoce su antecedente histórico con el decreto de la Primera Junta de Gobierno del 30 de junio de 1810, que designó a Martín Jacobo Thompson como capitán del puerto de Buenos Aires.
En este sentido, el 21 de julio de 1810, se dictó un decreto similar, que nombró como jefe del puerto de Carmen de Patagones al capitán Francisco Javier de Sancho, que era a la vez comandante militar del fuerte local.
El puerto fluvial de Patagones, con salida hacia el mar, cumplía ya para entonces una función comercial estratégica, porque allí se realizaban los embarques de sal que abastecían a los grandes saladeros de carne de Buenos Aires y sus alrededores.
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