Crimen a sangre fría en el sur de la Capital.
Es un suboficial de Prefectura. Tenía 45 años y cuatro hijos. Lo sorprendieron por la espalda en Barracas, le pegaron un tiro en la nuca y huyeron. No hay detenidos.
Luis Alves Teixeira tenía 45 años, estaba casado y tenía cuatro hijos. Había nacido en Cabureí, una empobrecida colonia cercana al Parque Nacional Iguazú, en la zona de Andresito, en el extremo noreste de la provincia de Misiones. Ingresó a la Prefectura Naval dos décadas atrás y estuvo destinado en su tierra natal hasta 2008, cuando lo trasladaron a Santo Tomé, en Corrientes. Hace seis días lo transfirieron a Capital Federal, para que se integrara durante un mes al plan de seguridad "Cinturón Sur". Lo enviaron a Barracas y allí encontró la muerte: le pegaron un tiro en la nuca, al parecer para robarle el arma.
El crimen ocurrió en la noche del lunes, tal como informó Clarín en parte de su edición de ayer. El ayudante de segunda Alves Teixeira estaba trabajando en un puesto de control ubicado en Herrera y Río Cuarto, en Barracas, en una de la subidas de la autopista que lleva hacia Avellaneda. Se encontraba solo, parado en la esquina.
Un Volkswagen Gol rojo frenó de golpe a metros del puesto. Un hombre que llevaba una gorra con visera de color claro se bajó del asiento del acompañante, se le acercó a Teixeira por la espalda y, antes de que el suboficial pudiera verlo, lo ejecutó de un disparo en medio de la nuca.
Enseguida el asesino se agachó, le robó el arma reglamentaria al prefecto -una pistola marca Pietro Beretta calibre 9 milímetros, con 15 cartuchos- y regresó hacia el VW Gol, donde lo esperaba un cómplice al volante.
Todo sucedió alrededor de las nueve de la noche. Según dijeron altas fuentes del caso a Clarín, no huboni una palabra, ni siquiera una amenaza o advertencia de parte del tirador. La secuencia completaquedó registrada por cámaras de vigilancia de la zona.
Tras escuchar el disparo, un vecino se acercó a Teixeira e intentó socorrerlo. Pero al ver que había perdido mucha sangre y que estaba inconsciente, fue hasta la calle Iriarte para alertar a otros prefectos que estaban allí.
De inmediato se montó un operativo cerrojo, pero no pudieron hallar a los asesinos. Sin embargo, a seis cuadras del lugar del crimen apareció el VW Gol que habían usado. Estaba en la calle Lavadero al 2100 -la continuación de la avenida Pedro de Mendoza-, en una zona de depósitos ubicada frente al Riachuelo. Ayer el vehículo era peritado en busca de huellas y posibles rastros.
Según se estableció, el coche había sido robado en la madrugada del lunes en el partido de Avellaneda. Pero la víctima aún no había realizado la denuncia al momento en que se cometió el crimen. "El Gol había sido robado a una mujer que estaba en un restorán y todavía no había radicado la denuncia porque cuando fue a la comisaría había mucha gente. Esto sucedió en jurisdicción de la seccional 2° de Avellaneda", detalló una fuente del caso.
La búsqueda de los homicidas se concentraba ayer en la zona cercana al lugar del crimen. Se cree que los autores del asesinato habían cruzado a Provincia para robar el coche y luego regresaron a Capital ¿El móvil del homicidio? Ayer aún no estaba claro, pero la principal hipótesisapuntaba al robo del arma. "La víctima había llegado a Buenos Aires a trabajar hacía pocos días y no hubo ninguna circunstancia por la cual deba investigarse una venganza o un ajuste por algún hecho previo. Todo apunta al robo del arma", dijo un vocero.
Horas antes del crimen, hubo un tiroteo que terminó con un detenido y tres prófugos a dos cuadras de la esquina donde luego mataron al prefecto, en avenida Cruz y Vieytes. Pero los investigadores creen que los casos no tuvieron ninguna relación entre sí (ver Persecución...).
Anoche esperaban recibir el cuerpo de Teixeira en Santo Tomé, donde viven sus cuatro hijos: tres varones de 8, 18, 19 años; y una adolescente, de 16. Hoy sería sepultado allí.
FUENTE: DIARIO CLARÍN
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